jueves, mayo 27, 2010

El té, una experiencia milenaria


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Qinghai, una meseta verde y larga, región donde está la menor concentración de población en China. Elevada a 3000 metros sobre el nivel del mar, tiene un clima con variaciones muy amplias a lo largo del año. Fríos con nevadas y vientos huracanados, y calores a más de 29 grados centígrados.

Es también el lugar donde nace uno de los ríos más famosos. El río Yangtsé, el más largo del mundo. Sin embargo, no es su única virtud. También tiene una biodiversidad de plantas muy amplia, las cuales han sido cuidadas y adoradas.

La cultura milenaria china ha usado estas plantas de manera que no sólo ayudan a la salud, sino que son parte de la vida diaria. Para los chinos, el té no es sólo una bebida que desprende olores exquisitos y sabores naturales, es también una forma de mantener el equilibrio entre el alma y el cuerpo.

Las plantas de las diversas variedades de té nacen al rededor de éste cuerpo de agua. En las zonas rocosas cercanas y muy unidas a los lagos y zonas donde la humedad y la vida es permicible.

En un principio, eran usadas como plantas medicinales adaptadas a lo que llamo sistema oriental de salud, que a diferencia del nuestro (occidental) en donde buscamos soluciones a las enfermedades ya que están presentes; se utiliza como principal método, la preevención. De esta manera, cada paciente era único en cuanto a tratamiento.

Así, los monjes solían salir en busca de todo tipo de hierbas que funcionaran para esto. Solían dejar símbolos en las rocas que los condujeran a éstas con mensajes como "Detrás de la lánguida esfera de la noche, se encuentra la milagrosa raíz de la pureza" y a manera de metáforas llegaran a su objetivo.

Algo que me tiene completamente fascinado es que estas personas solían instalar santuarios sagrados escondidos dentro de las montañas. Con pasajes secretos y misteriosos. Tales como pequeñas lagunas, que más bien llamaría charcos, con rocas colocadas de tal manera que formaran un camino a sus chozas hechas de madera de roble, bambú y telas de seda, con pequeñas fumarolas que conducían a las hogueras donde calentaban el agua para crear tan maravillosas infusiones. Perfectas para el frio de tan húmedo lugar.

La manera más común para hacerlo, es conseguir lo brotes tiernos de la planta, tostarlos y sumergirlos en agua. Ya sea caliente o fría, se obtendrá una bebida infusionada, la diferencia radica que, entre mayor calor y tiempo de exposición, éste será más cargado.

Cuando los europeos comenzaron a comerciar con los orientales, se sorprendieron al conocer la enorme cantidad de ingredientes que eran utilizados, tántos olores y sabores que nunca habían experimentado los volvió locos. Es por ello que algunos productos se hicieron tan famosos. El ejemplo clásico de este producto, es la famosa Hora del Té en Inglaterra a la que le dedicaban mucho para socializar y obtener un lugar en las escalas de poder.

El té representa para esta cultura tan antigua, una manera de equilibrar y revitalizar nuestro ser; obtener beneficios como mayor energía, concentración y paz interior, son fueron los principales objetivos de esta práctica. Se puede hacer té prácticamente con cualquier planta, únicamente hay que seguir los pasos. Recomiendo que se caliente el agua para obtener mejores aromas, colores, sabores y texturas que harán de su degustación, un agazaje.

Oh ¡Qué hermoso tema! lleno de placeres que nuestros sentidos agradecerán. Les recomiendo que si van a experimentar creando su propia receta, nos compartan por este medio cómo resultó. Ya será tiempo de olvidar los famosos sobrecitos y crear uno propio, así como los ancestrales monjes que creaban una receta especial para tí. Ay... Un té con mi nombre, ¡qué experiencia! Recuerda comentar mucho y participar. Ciao.

Referencias

N/A, "Té Chino", [En línea], Chinaviva.com, 2004, Dirección URL: www.chinaviva.com/cultura/te.htm , consulta 27 de mayo de 2010.

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