martes, octubre 25, 2011

No queremos ser Japoneses!

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Por: Aarón Arredondo (Aaronwntz)

Tokio, la capital de esta isla industrial. Es la principal metrópolis, centro de la política, economía, educación, comunicación, cultura popular, corporaciones, instituciones financieras, universidades, colegios, museos, establecimientos comerciales y de entretenimiento de la región conocida como Kanto.

Con más de 35,6 millones de habitantes, desde 2009, la ciudad comparte espacio entre tierra, mar e islas cercanas. Forman la mayor economía en una ciudad. De allí nacieron las empresas con mejor calidad en tecnología como Sony, Toshiba y Hitachi, y quizás centenares más.

La ciudad tiene muchas similitudes a las más famosas occidentales, un ejemplo: Nueva York: Como consecuencia, también se ha transmitido la cultura de un lugar a otro. De aquí parte el punto de esto.

La penetración cultural de Occidente en Japón ha sido profunda y aceptada, de tal manera que los japoneses lo parecen menos y con los productos que observamos todos los días de aquel país, vemos como si nos dijeran "no queremos ser japoneses".

El ejemplo más drástico es la obsesión de la juventud en emular el físico occidental. Los hospitales han generado muchas riquezas gracias a una operación quirúrgica que requiere año y medio de rehabilitación y ayuda a ganar 12 centímetros de altura. Ocurre tanto en China como en Japón. 1

Ésta consiste en cortar los fémures de las dos piernas y unirlas con clavos de metal. Después se les incorpora un aparato ortopédico con el que los médicos estiran los músculos, huesos y nervios de las piernas todos los días. Este procedimiento es llamado Método Ilizarov

Esto parece ser exagerado, pero tiene una justificación histórica muy importante. En 1868 comenzó un movimiento de renovación cultural, social y tecnológica llamado Meiji, que significa "culto a la regla", que incluye la firma de la Carta de Juramento. Ésta consistía en cinco estatutos que incluían el establecimiento de asambleas deliberativas (quizás, una especie de parlamentos), la integración de todas las clases para sacar adelante al estado, reemplazar "costumbres nocivas" por "leyes naturales", búsqueda internacional del conocimiento y fortalecimiento de la regla imperial.

El resultado fue que se dio el fin del sistema faudal en Japón. Pongan mucha atención en aquello de las "costumbres nocivas" que explícitamente habla sobre la cultura ¿qué serán esas "leyes naturales"? y en la búsqueda internacional del conocimiento, ya que los estudiantes tuvieron la oportunidad de salir a universidades de Europa con la condición de regresar a aplicar todo el conocimiento recibido.

El expansionismo que buscaba el país desembocó en invasiones a otras naciones y la Segunda Guerra Mundial. Para entonces, ya eran una nueva potencia mundial. Tras la contienda, se ha vivido un proceso de democraticazión, que sólo significa entrar en el sistema económico que se propone de Estados Unidos, y desarrollo económico.

Las consecuencias son obvias a la vista. Tokio tiene una zona comercial con edificios  gigantes donde se acumula gente muy al estilo de la Gran Manzana de Nueva York. Anuncios espectaculares que derrochan modernidad en cuanto a tecnología de pantallas LED, luces de Neón y convencionales, calles abarrotadas de multitudes que se dirigen a sus trabajos.

Industrias Culturales como los videojuegos, que son exportados a todo el mundo como Nintendo y Sony, quienes adecúan los contenidos para que puedan ser comprados en todo el mundo, con valores considerados globales, pero que en realidad, son occidentales.

La música está fuertemente influida y adaptada al público local. El J-Pop (la "J" es por Japonés) que es lo equivalente a las Boy bands de Estados Unidos como los Back Street Boys y el J-Rock que hace lo mismo con su género, son ejemplos modernos de lo que está ocurriendo.

En cuanto a productos audiovisuales, en la televisión son muy populares los programas de concursos al estilo del Grand Prix de España, solo que éstos son mucho más exagerados e invitan a burlarse y exhibir los fallos de los concursantes. El cine destaca por el J-Horror de las que se han creado versiones hollywoodenses como El Aro o La maldición.

¿A este fenómeno se le podría llamar pérdida de la identidad cultural? para aquellos que se consideran globalifóbicos, si, pero hay que ver la realidad que pasa en todos los países. Estamos dentro de un sistema llamado Globalización que incluye aspectos sociales, económicos y políticos, por  tánto, culturales y el intercambio de éstos. Lo que ocurre es más bien una adopción y adaptación de los productos a la región para crear nuevos a nivel local.

Un ejemplo claro es el Manga. La adaptación de historietas estadounidenses a Japón. Los artistas han llegado a crear nuevas formas del lenguaje visual. Se han exportado al mundo y gracias a ello, hemos podido conocer historias como Dragon Ball, que también se ha convertido en serie de televisión (llamados Animé). Aquí podemos ver de nuevo el "No quiero ser japonés" al ver la obsesión de dibujar los ojos redondos y gigantescos a comparación de la forma rasgada que conforma su aspecto físico.

A pesar de todo, no se puede decir que las tradiciones y costumbres no se conserven. Se han hecho muchos esfuerzos para que los edificios tradicionales continúen en pie, las festividades, la gastronomía y los balies folklóricos son de vital importancia. Además de que se guardan con mucho valor las artes como arquitectura, pintura música, y las marciales como el Karate-Do, el Ken-Do y Judo.

Como todos los países, Japón ha sufrido cambios culturales, sobre todo desde la Globalización económica, que no la han visto como un peligro, sino como una oportunidad para desarrollarse. El peligro está en los valores y la obsesión de la estética física, donde las personas se someten a operaciones para cambiar su aspecto. Incluso, si eres originario de países occidentales, resultarás más atractivo para el género opuesto. 2



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